Hace unos meses asistí al recinto homenajea a Juárez dentro del palacio nacional. Iba a escuchar una conferencia sobre Benito Juárez dictada por mi gran amigo el historiador Leopoldo Silberman.
Desde siempre he conocido la postura de mi amigo respecto del Benemérito de las Américas por lo que no me sorprendió los comentarios emitidos e dicha conferencia. Todos los asistentes estaban muy contentos con tener a alguien que les hablara de don Benito como lo que era: un ser humano. No así una señora que le reclamó el atrevimiento de hablar de esa manera e la misma casa que el personaje había vivido.
Polo recuerda esta anécdota en este artículo del payaso procaz ilustrado por su servilleta.
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