Hace unas semanas salió a la venta un álbum de temas inéditos del fallecido artista Michael Jackson titulado Xcape. Envuelto en polémica sobre si él habría hecho esto o aquello, si es digno de él o no, debutó el primer sencillo titulado ‘Love never felt so good’ que es una canción muy buena que hizo de la mano de Paul Anka hacia principios de los años 80.
En fin. Quienes me conocen saben que desde siempre fui fan de MJ. Tuve mi momento más fuerte en mi afición a principios de los años 90 cuando el álbum Dangerous estaba en su apogeo.
En el año de 1992 mi papá compró su primer reproductor de CD Onkyo en Palacio de Hierro. Comprar CDs era un gusto un poco caro. Especialmente en aquellos días en los que la clonación casera de CD’s era algo inexistente y ya ni hablar de las descargas de mp3. El 6 de enero de 1993, como regalo de día de reyes recibí mi primer CD que fue el Dangerous de Michael Jackson. Con una majestuosa portada llena de detalles y excesos visuales como existen en los palacios barrocos.
Desde el primer momento, el disco sonó en casa todos los días prácticamente, en parte porque era mi único CD hasta el momento y en parte porque la música simplemente me hipnotizó. No quería dejar de escuchar el ritmo incesante de ‘Jam’, la melodía del estribillo en ‘Remeber the time’, la línea del bajo en ‘Who is it?’, el solo de guitarra en ‘Give in to me’ o el coro gospel en ‘Keep the faith’. Una y otra vez lo escuchaba y en cada ocasión descubría algo nuevo. Aun a la fecha hay detalles que de repente saltan y que nunca los había escuchado.
Luego siguió el espectáculo de medio tiempo en el Super Bowl XXVII que me inspiró a ser uno más de esos niños que quieren aprender a bailar como él lo hacía. Y me esforcé en lograrlo. Nunca habría pensado en incursionar en la danza, no. Pero bailar como MJ, tss, por supuesto que sí.
Luego vino la famosa entrevista que hizo MJ con Oprah Winfrey, en su rancho en Neverland. La grabé cuando fue transmitida en canal 5 un sábado de marzo. Iba haciendo pausas en los comerciales para que pudiera reporducirla nuevamente sin cortes. Pero no fue posible hacerlo en su totalidad pues tenía que ir a una fiesta de XV años de una de las amigas de mi hermana muy a mi pesar. Miré la entrevista muchas veces. Me gustaba que, en los cortes a comercial habían algunos remixes que me gustaban mucho.
En el transcurso del año, mi papá me fue comprando los discos anteriores de MJ en CD. Y en un momento totalmente inesperado vino la gran noticia de que la gira Dangerous World Tour llegaría a la ciudad de México a finales de octubre. ¡Ufff! No tenía idea de cuánto iba a costar eso. Seguro un dineral. Felizmente uno de mis vecinos se ofreció a llevarme a mí con mi hermana y otros amigos y el papá de uno de ellos. Se lanzó no sé a dónde, imagino que al Estadio Azteca, donde serían los dos shows programados. Los boletos, en zona preferente, que en el Azteca es en la gradería más alta del estadio sin asientos numerados, costó $50 pesos. Que en estos tiempos sería tal vez como $200? No lo sé con seguridad.
Cuando llegó la fecha del concierto yo ya me sabía todas las canciones, muchos de los pasos, había visto los videos hasta el cansancio (de mis padres) y había dibujado en mis cuadernos detalles de la portada de Dangerous mil veces.
El climax de ese año de 1993 fue en el Azteca, donde nunca antes había estado ni volvería a estar sino hasta 2011 en la gira 360 de U2. Llegar al estadio fue algo sumamente especial. Estar todo el tiempo con las expectativas en el cielo, ver cómo se llena el lugar de gente, participar en la famosa ola. Hasta que viene el momento en que las luces se apagan y un show de lasers inicia la función.
La ansiedad iba cada vez más in crescendo hacia el momento en que MJ aparece de un salto ataviado en una vestimenta negra con detalles dorados simulando el uniforme de un oficial de algún ejército. Se mantiene inmóvil por un minuto que parecen varios, gira su cabeza y lentamente retira de su cara unas gafas con cristales de espejo. Los tira a un lado y comienza la música en el ritmo obstinato de ‘Jam’. De esa manera empezaron las dos horas más esperadas en ese año. No pasó tan rápido, de verdad estaba disfrutando de ese momento que era muy especial. Yo estaba muy lejos para ver todo eso con lujo de detalles, pero la experiencia de haber estado ahí, compartiendo con miles de personas esa experiencia es lo que siempre me ha gustado de asistir a conciertos masivos.
Al salir del concierto compré una playera que usé hasta que el estampado de despintó y una taza que aún conservo en mi restirador.
Michael Jackson dió en total 5 conciertos en la Ciudad de México y pasó aquí casi dos semanas. Muchos de mis compañeros de escuela también asistieron y fue uno de los temas del momento. Antes de que MJ terminara sus conciertos en México estalló la bomba del escándalo que significaron las denuncias por abuso sexual que complicaron mucho más su ya complicada vida.
Después del concierto la pasión se fue diluyendo poco a poco y ya en 1994 entraron en mi vida los 4 grandes de Liverpool para ganarse otro espacio eterno en mi corazón. Aprendí a tocar la guitarra y la vida siguió su curso.
En 1995, cuando ya había pasado la tormenta legal en la que estuvo envuelto, MJ volvió a la escena pública con un álbum doble bajo el brazo (uno de éxitos y uno inédito) y una entrevista donde se presenta con su esposa (??) Lisa Marie Presley.
Yo entré en ese verano a trabajar junto con mis amigos Jonathan y Rodrigo como empacador voluntario a Aurrerá Buenavista para ganar dinero y comprar el disco doble. La euforia ya no fue igual pues ya estaba yo involucrado con otros gustos musicales además del Pop de Jackson pero History: Past Present and Future Book 1 es un disco que me gusta mucho. Grandes temas en la misma línea que siempre tuvo.
Epílogo
El 25 de junio de 2009, 16 años después, estaba en casa donde empezaba a vivir con mi esposa apenas un mes y medio antes. Sentado en la cama por la tarde a unas horas de partir a las clase que impartía en la Escuela Bancaria. Un corte informativo, de esos que salen cuando una nota no puede esperar al noticiero regular, daba el parte de que Michael Jackson acababa de morir en su casa y que había sido trasladado a un hospital donde confirmaron su deceso.
Una de esas notas que no puedes dejar de mirar, aun cuando repiten la misma información una y otra vez.
Un sentimiento muy extraño me invadió. Tristeza, obviamente, negación un poco, sorpresa… cargué todos mis discos en la Laptop y en mi Walkman. Al rato salí a clase con la música tocando, escuchando cuando estaba vivo, cuando estaba en plenitud y aferrándome al recuerdo de aquellos días del 93.
A los pocos días hubo un funeral televisado y organizado en Hollywood de cuerpo presente. Gente del espectáculo se hizo presente y cantaron los temas de MJ en un contexto tan extraño y bizarro que los sentimientos estaban entre la tristeza y el asco. Y en un momento, mientras una chica cantaba ‘Will you be there?’ se escucha la voz en off de Jackson al final del tema. Como si de pronto apretaran un botón, unas lágrimas escurrieron de mis ojos. Finalmente aceptando que no era un ardid y que efectivamente el hombre había muerto.
Las circunstancias hicieron que durante ese momento tan emotivo me encontrara solo en casa donde no podría sentirme apenado por haber llorado. Nunca lo conocí personalmente pero definitivamente marcó mi vida con su arte.